SNORQUEL EN EL RIO MELIQUINA
Una tarde de verano nos dejamos llevar por la corriente del río Meliquina buscando observar las truchas y conociendo el fondo de su lecho.
DESDE EL NACIMIENTO
Llegamos donde nace el río, debajo del puente; desde donde se accede a la Villa. Mi amigo y yo, nos colocamos el snorkel y las patas de rana. La gente que disfrutaba del sol nos miraba extrañada. Me imagino se preguntaban: ¡que van a hacer estos locos! Caminando con dificultad hacia el agua, nos miramos y nos echamos a reír.
LA CORRIENTE
La suave corriente nos iba deslizando por el curso del río. Fue asombroso ver por primera vez su lecho, con una nitidez y claridad total. Muchas veces viajaban con nosotros truchas de distintos tamaños que se observaban perfectamente.
Recorrimos sin darnos cuenta mas de 2 kilómetros río abajo, donde el continuo fluir de sus aguas y los pequeños rápidos nos regalaron una aventura para recordar.
EL BAILE DE LAS TRUCHAS
Al salir del agua, el sol comenzaba a esconderse en las montañas y mientras esperábamos secarnos, las pequeñas truchas saltaban contracorriente en búsqueda de los insectos que sobrevolaban la superficie del río, era un verdadero espectáculo.
Cautivados estabamos por su ¨baile¨ hasta que escuchamos el auto, eran nuestras mujeres, para llevarnos de regreso a la Villa.
Texto Damián Ugerman
Fotografías César A. Severa
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